Manuela y Bonnie
- Corporación Con La 9
- 12 oct 2018
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Manuela es amante de los animales. Desde el 2016 hace parte de la Asociación Donatón por los Animales, que se dedica a recoger concentrado para 5000 animales de 88 fundaciones de Antioquia.
El 9 de diciembre del año pasado, la Asociación realizó el evento Un sueño de Navidad en el barrio San José de la Cima, donde además de dar regalos a 50 niños del sector, se llevó a cabo una jornada de esterilización para 50 perros y gatos. “Bonnie (de raza pitbull) fue el perrito número 49 en llegar. Cuando la trajeron, todos quedamos impactados por el aspecto que tenía: estaba demasiado flaca, no era capaz de caminar y estaba llena de cicatrices. Se le notaba la tristeza en la mirada. Entonces el veterinario que nos estaba ayudando nos dijo que él no podía
operarla porque estaba muy desnutrida y lo más probable es que por la anemia que tenía se muriera durante la cirugía”, recuerda Manuela.
Al hablar con el dueño, él contó que Bonnie había tenido cachorros, los cuales fueron concebidos para venderlos y desde entonces no había vuelto a comer (ya habían pasado 5 meses desde el parto). Al investigar con los vecinos, descubrieron que la perrita vivía amarrada en un patio al sol y al agua y nunca recibía alimentación. Bonnie tenía año y medio y pesaba tan sólo 14 kilos (un pitbull de esa edad debe pesar 30 o 35 kilos aproximadamente).
Al ver la preocupación de estas personas por la perrita, su antiguo dueño la dejó en manos de la gente de la Asociación. Inmediatamente tomaron la decisión de hospitalizarla e iniciar la tarea de encontrar un hogar donde pudiera ser amada. Sabían que no sería tarea fácil debido a la estigmatización que han creado los medios de comunicación frente a los perros de esa raza. Afortunadamente, el papá de Manuela, es otro apasionado por los animales, no dudó en ofrecer su casa como hogar de paso. Con el tiempo Manuela se enamoró tanto de ella, que ya no fue capaz de entregarla, así que decidió adoptarla. Hoy en día, Bonnie es una perrita que vive feliz junto a su hermanita Sarita, una Bound Hound de 4 años, también adoptada por Manuela y su familia.
Como Manuela, hay mucha gente que cree que adoptar a un animal de compañía es estar dispuesto a abrirle las puertas a quién más lo necesita, como lo muestra una encuesta realizada por el colectivo Defenzoores y publicada por el periódico El Colombiano, en la que se encontró que el 72% de las personas que tienen animales de compañía, en Medellín, han preferido adoptar que comprar.
“Yo la rescaté a ella, sin saber que ella también me rescató a mí. Yo estaba atravesando un mal momento: había muerto mi perrita Luna, que tenía desde hace 15 años, las cosas con mi familia estaban mal y también mi relación de pareja, y en ese momento llegó Bonnie.
para hacerme reír y llenarme de valor para tomar decisiones importantes, como irme a vivir sola. Ella me salvó” asegura Manuela.